miércoles, 26 de mayo de 2010

FRANCIA 1938



La renuncia de varios países americanos marcó una Copa del Mundo, donde Italia se impuso por segunda vez consecutiva dejando atrás las suspicacias que provocó su primer título.

Si la primera edición de la Copa del Mundo se celebró en territorio americano y la segunda en suelo europeo, todo parecía indicar que el Mundial volvería a cruzar el charco. Sin embargo, no fue así. En Berlín, en el Congreso de la FIFA del 15 de agosto de 1936, aprovechando el transcurso de los Juegos Olímpicos, Francia presentó su candidatura para organizar el evento y sus argumentos convencieron totalmente a la FIFA.

La ampliación del aforo de varios estadios galos fue su principal baza; Colombes con una capacidad de 60000 espectadores, junto los 35000 del Parque de los Príncipes y los 25000 de Burdeos eran unas cifras muy tentadoras para los máximos dirigentes del fútbol mundial.

Esta decisión no sentó nada bien a varios países de Centroamérica y Sudamérica, especialmente a Argentina, que tenía depositadas muchas esperanzas en ser la Sede de la tercera edición del Campeonato del Mundo de Fútbol. Está decepción desemboco finalmente en la renuncia de los argentinos, que decidieron no inscribirse en el torneo, un acto de protesta que también fue secundado por Colombia, Costa Rica, El Salvador y México. Tales medidas de presión hicieron que Brasil, Cuba y las Antillas Holandesas fueran las únicas selecciones no europeas que acudieran a Francia, donde tampoco pudo asistir España, que se encontraba en plena Guerra Civil.

En el plano netamente deportivo, por primera vez el país anfitrión no se adjudico el título, fue Italia quien volvió a saborear las mieles del triunfo y, a su vez, reivindicó su supremacía mundial sobre los terrenos de juego, lejos de las suspicacias que levantó en Italia 1934, donde prácticamente se les acuso de ser campeones por decreto de Mussolini.

La escuadra azzurra se impuso en la final a Hungría por 4-2 doblegando a un equipo que había deslumbrado por su capacidad ofensiva. Para llegar a la final, además Italia tuvo que deshacerse de Brasil, una selección plagada de malabaristas del balón e indiscutible favorita para conquistar el cetro mundialista. Sin embargo, Checoslovaquia, finalista en 1934, les dio un primer aviso en cuartos e Italia acabo dándoles la estocada.

El país anfitrión Francia y el último campeón Italia, evitaron la fase previa y se clasificaron directamente para octavos de final, decisión que sentó un precedente en la historia mundialista. En Francia, también se abogo por desechar los cabezas de serie del sorteo.

Giuseppe Meazza, Monzeglio y Ferrari fueron los únicos supervivientes de la selección azzurra campeona en Italia 1934 que repitieron título junto al técnico Vittorio Pozzo

Cuba del cielo al infierno. Suiza y Cuba fueron las grandes sorpresas en octavos tras eliminar a Alemania y Rumania respectivamente. Sin embargo, la selección cubana cayó estrepitosamente en cuartos ante Suecia (8-0)

Austria debía disputar el Mundial, pero su anexión al Tercer Reich evitó que se celebrase el encuentro que le debía enfrentar a Suecia en Octavos de Final.

La prepotencia de Brasil. Apearon a Checoslovaquia en cuartos y Brasil se vio campeona con demasiada antelación. Su estrella Leónidas, no jugó la semifinal ante Italia. Lo reservaban para una final que se quedo sin disputar.

Cuadro de Honor

Campeón Italia

Subcampeón Hungría

Tercero Brasil

Cuarto Suecia

Partidos Jugados 18

Goles Marcados: 84

Equipo más goleador: Hungría

Equipo menos goleado: Italia

Goleador: Leónidas (Brasil) 8 goles

Mejor Portero: Planicka (Checoslovaquia)

La Figura: Meazza (Italia)

Ausentes del Mundial Europeo

En Ecuador ni tan siquiera se contemplo la posibilidad de acudir a Francia 1938. Tras el pasado Mundial disputado en Italia, la lógica parecía indicar que el torneo debía volver al continente americano, pero no fue así. Brasil, Cuba y Antillas Holandesas fueron las únicas selecciones no europeas presentes en tierras francesas. Ecuador debía esperar una nueva oportunidad más adelante.

lunes, 24 de mayo de 2010

Italia 1934





La repercusión que alcanzo el primer campeonato celebrado en Uruguay cuatro años antes propició que los países europeos se interesaren por su celebración. En este sentido, la Italia de Mussolini vio un filón publicitario para los ideales fascistas asociados al deporte y se postulo para organizar la Segunda Copa del Mundo. Pronto, la maquinaria del “Duce” ejerció su poder de influencia y rebautizo a los estadios que albergarían el Mundial con nombres relacionados con la ideología imperante (campo del Partido Nacional Fascista, en Roma, o estadio Mussolini, en Turín) y se ocupó personalmente de que todos los partidos que disputaba Italia transcurrieran según los cauces previstos.

También se aseguro de que los oriundos argentinos Monti, Orsi, De María y Guaita pudieran disputar el campeonato con la selección anfitriona, ante la repulsa contenida del resto de equipos, que no osaron protestar por la artimaña de Mussolini.

El campeonato estuvo marcado por los parciales arbitrajes que sufrieron los rivales de Italia. El caso más escandaloso se dio en el partido que disputo España contra la selección anfitrión. Tanto el belga Louis Baert como el suizo Mercet, árbitros del primer partido y del desempate respectivamente, pasaron por alto las triquiñuelas italianas ante el combinado español.

Bosch, Zamora, Quincoces o Regueiro fueron solo algunas de las víctimas del enfrentamiento, el camino de Italia hacia la final se despejo hasta que topo con Checoslovaquia en el último partido: cuando estos se adelantaron en el marcador, el estadio romano se volcó en gritos de aliento para su equipo, hasta que el argentino Orsi logro el empate para los locales y Schiavo consiguió el 2-1 definitivo.

Atrás quedaba un mundial desangelado, estigmatizado por su politización, a pesar del buen nivel técnico exhibido por selecciones participantes como España, Alemania, Checoslovaquia o la propia Italia.

El acontecimiento estuvo supeditado a la exhibición política del “Duce” y las presiones ejercidas por este sobre la organización, no obstante, la actuación de jugadores como Zamora, Schiavo o Meazza salvo el campeonato.

El campeonato del “Duce” se saldo, como no podía ser de otra manera, con la victoria italiana, en un clima de exaltación del régimen fascista que luego se pudo ver reflejado a mayor escala en las Olimpiadas de Berlín 36, con Hitler y Goebbels al frente de toda la parafernalia nazi.

Uruguay renuncio a revalidar el título ganado cuatro años antes, devolviéndole la moneda a Italia, que decidió ausentarse entonces. Inglaterra tampoco disputo el campeonato, a pesar de las presiones de la FIFA ante ambas deserciones.

La exótica presencia de Egipto obligo a la organización a habilitar un espacio independiente para satisfacer los ritos propios de la religión musulmana.

Francia fue el primer equipo en emplear la táctica WM, la novedad más relevante del campeonato.

El semi-boicot sudamericano se produjo a raíz de la decisión de las federaciones argentinas y brasileña de enviar equipos de segunda fila al campeonato. Italia impuso entonces su fútbol ultradefensivo para llevarse el trofeo.

Cuadro de Honor

Campeón Italia

Subcampeón Checoslovaquia

Tercero Alemania

Cuarto Austria

Partidos Jugados 17

Goles Marcados: 70

Equipo más goleador: Italia

Equipo menos goleado: Italia

Goleador: Nejedly (Checoslovaquia) 5 goles

Mejor Portero: Zamora (España)

La Figura: Orsi (Italia)

Otra vez desapercibidos

Antes del año 1938, exceptuando el capítulo de 1930, Ecuador no tuvo una selección que lo representara oficialmente en las competiciones internacionales. Solo en 1936 se formo un equipo autodenominado “Selección del Ecuador” que no conto con el beneplácito de la Federación Deportiva Nacional de Ecuador, por lo que sus resultados no cuentan a efectos estadísticos. El alto coste que hubiera supuesto el desplazamiento a Italia imposibilito la creación de una selección oficial.


lunes, 17 de mayo de 2010

Uruguay 1930



Uruguay se proclama campeona de la primera edición de la Copa del Mundo, al superar a la selección de Argentina en la final, las notables ausencias europeas marcaron el torneo.
En 1929 durante el congreso de Barcelona, Uruguay recibía con entusiasmo la designación como sede de la primera Copa del Mundo de Naciones. El país entero se ponía a trabajar dispuesto a que todo saliera a pedir de boca, incluso con la construcción en tiempo record de un estadio monumental, el Centenario de Montevideo.

Sin embargo, poco a poco las dificultades fueron apareciendo, lo que tenía que ser un campeonato con las mejores selecciones del mundo se quedo en poco más que un campeonato suramericano al que se le sumaron Francia, Yugoslavia, Bélgica y Rumania, esta última por expreso deseo del Rey Carol. Las selecciones europeas más potentes renunciaron diversos motivos: Inglaterra mantenía su pulso con la FIFA por sus diferencias en el tema del profesionalismo; mientras que Hungría, España, Italia, Austria o Checoslovaquia achacaban su negativa a problemas del calendario, o simplemente a la falta de recursos para afrontar un viaje tan largo.

Para Uruguay, que se comprometía a hacerse cargo de los pasajes, de la estancia de los jugadores, el motivo era más simple el Boicot, sea como sea, el domingo 13 de julio, en pleno invierno uruguayo se empezó a escribir la historia de los mundiales con el partido inaugural entre Francia y México en el estadio de Pocitos. En total fueron 13 selecciones que se repartieron en tres grupos de tres equipos y uno de cuatro, los ganadores de los cuales disputarían las semifinales. Argentina, Uruguay y Brasil eran cabezas de serie.

De todos ellos, solo Brasil decepcionaba tras caer en primera fase ante la revelación Yugoslavia.
Argentina se mostraba temible, con un fútbol de ataque y con el goleador Stábile en racha, pero Uruguay tenía al equipo campeón olímpico y no encajo ni un solo gol en los partidos de grupo.
Tras dos partidos de semifinales con idéntico resultado (6-1) en el que vapulearon a Estados Unidos y a Yugoslavia, los dos países del Rio de la Plata se enfrentaron en una final apasionante, donde Uruguay confirmo su hegemonía. El primer Campeonato del mundo se quedaba en casa y la historia del fútbol iniciaba un nuevo rumbo.

El francés Lucien Laurent fue el primer jugador en marcar un un gol en la Copa del Mundo, fue en el partido Inaugural ante México a los 19 minutos.

Como partido de alto riesgo fue calificado la final entre Uruguay y Argentina que marco una rivalidad sin precedentes tanto que el árbitro Belga Langenus, exigió para pitar el encuentro una póliza de accidente, un seguro de vida y protección oficial tras concluir el choque, el partido transcurrió sin incidentes.

El estadio centenario de Montevideo fue donde se disputo la primera final se levanto en tan solo seis meses. Se trabajo sin descanso para acabar esta monumental obra, con capacidad para 80000 espectadores, sin embargo la lluvia hizo que no se estrenara hasta las últimas jornadas.
Casi 30000 argentinos se desplazaron a Uruguay para presenciar en directo la final. Sin embargo, las altas medidas de seguridad en las aduanas y las dificultades para cruzar el Río de la Plata hicieron que solo la mitad lo lograran. Muchos otros llegaron cuando el partido ya había acabado.

Cuadro de Honor
Campeón Uruguay
Subcampeón Argentina
Terceros Yugoslavia y Estados Unidos
Partidos Jugados 18
Goles Marcados: 70
Equipo más goleador: Argentina
Equipo menos goleado: Uruguay
Goleador: Stábile (Argentina) 8 goles
Mejor Portero: Thepot (Francia)
La Figura: Scarone (Uruguay)
Aquel Pudo ser el primero
Ecuador pudo estar presente en la primera cita mundialista. La selección fue invitada por la Asociación Uruguaya de Fútbol. Sin embargo, no concurrió debido a que el gobierno no apoyo la iniciativa, negándose a proporcionar 60000 sucres, que era el costo total del desplazamiento de Guayaquil a Montevideo, incluida la vuelta. Los uruguayos se ofrecieron a pagar todo lo demás pero finalmente Ecuador se quedo sin participar en el primer campeonato del mundo de la Historia. Mucho tuvo que esperar la selección para subsanar aquella oportunidad histórica: 72 años

viernes, 7 de mayo de 2010

El Fútbol: Pasión de Multitudes


El Fútbol pasión de multitudes, Rey de los deportes, todo el mundo lo práctica; estamos a puertas de que se inicie la máxima fiesta futbolera en el planeta, está ocasión en Sudáfrica con un invitado muy especial llamado “Adidas Jabulani”.

El rey de los deportes donde se desborda alegría y 22 guerreros luchan palmo a palmo por alcanzar el triunfo y dar grandes satisfacciones a miles y miles de aficionados. No debemos decaer solo por el hecho de que nuestra querida Tricolor no hay clasificado a está máxima competencia futbolera donde se reúnen los mejores jugadores del mundo.

Recordemos siempre el “Si se pudo” que este fue el grito de guerra que todos los ecuatorianos exclamamos cuando nuestra selección se clasifico para el mundial de Japón y Corea 2002. Ecuador jamás estuvo presente en una cita mundialista hasta esa fecha y eso que cuenta la historia que nuestro país fue uno de los invitados a participar en la primera edición de una Copa del Mundo, en Uruguay 1930. No pudo ser aquella vez y tampoco a partir de Chile 1962, el primer mundial en el que el Ecuador estuvo presente en su fase clasificatoria. Ahora la tricolor no logro clasificar pero esto no es un pretexto para seguir apoyando a nuestra selección y a nuestros guerreros de todo corazón en las buenas y en las malas.

Pero ahora también los ecuatorianos vivimos una gran incertidumbre al no saber quien será el próximo Estratega Tricolor se han barajado varios nombres entre ellos: Jorge Fossati, Edgardo “El Patón” Bauza, Alex Darío Aguinaga, Vanderlei Luxemburgo, Hernán Darío “El Bolillo Gómez” entre otros pero les parece justo que no se le de otra oportunidad a un ecuatoriano de corazón como lo es Sixto Vizuete.

Ahora hablemos un poco más de la historia de los mundiales.

La primera Copa del Mundo Jules Rimet (Rimet fue presidente de la FIFA) se celebró en Uruguay en 1930 y participaron trece países. Únicamente cuatro equipos europeos viajaron hasta Uruguay para disputar el campeonato. En 1934 se introdujo un torneo clasificatorio y desde entonces la competición se celebró cada cuatro años (excepto durante la II Guerra Mundial). Brasil ganó el trofeo en propiedad en 1970 después de quedar campeón en tres ocasiones y desde entonces los equipos compiten por la Copa del Mundo de la FIFA.


La primera Copa del Mundo del siglo XXI fue singular en muchos aspectos. Por vez primera se disputó en el continente asiático, y también por vez primera fue organizada de forma conjunta por dos estados, Japón y Corea del Sur. A lo largo del torneo, muchos países hasta entonces “menores” en el ámbito futbolístico protagonizaron grandes sorpresas. De hecho, Turquía y Corea del Sur ocuparon, respectivamente, los puestos tercero y cuarto. No obstante, el partido final fue jugado por dos clásicos. En dicho encuentro, Brasil derrotó a Alemania por 2-0 y logró su quinto título. Los jugadores más destacados de la nueva pentacampeona fueron Roberto Carlos, Ronaldinho Gaúcho, Rivaldo y Ronaldo. Este último, la gran figura del Mundial, fue también el máximo goleador del mismo, con ocho goles (dos de ellos, los que otorgaron el trofeo a su equipo).

Brasil partía como gran favorita para revalidar su corona en Alemania 2006. Pero la sorpresa saltó en cuartos de final, cuando fue eliminada por una Francia que aún mantenía en su once titular a bastantes jugadores pertenecientes a una generación que muchos consideraban crepuscular. Sin embargo, el combinado galo, estructurado en torno a la veteranía de Fabien Barthez, Lilian Thuram, Patrick Vieira, Claude Makelele, Zidane o Thierry Henry, accedió a la final tras imponerse a España en octavos, al conjunto canarinho, y a Portugal en semifinales. En el encuentro decisivo, Italia ganó el trofeo en la tanda de penaltis (luego de acabar con empate a un gol el partido y la prórroga) y se convirtió, por cuarta vez, en campeona del mundo. La squadra azzurra (que tuvo entre sus principales baluartes al portero Gianluigi Buffon; a los defensas Fabio Cannavaro, Gianluca Zambrotta y Marco Materazzi; a los centrocampistas Andrea Pirlo y Gennaro Gattuso; a Francesco Totti y Alessandro del Piero, alternando en la media punta; y a Luca Toni como ariete titular) había dejado en el camino a Australia, Ucrania y, en semifinales, a la selección anfitriona. Esta ocupó la tercera plaza de la competición (Portugal, la cuarta) y su delantero centro, Miroslav Klose, resultó, con cinco goles, máximo artillero del torneo.