El Mundial de 1970 supuso la eclosión del fútbol total, manifestado en su máxima expresión por las proezas individuales de futbolistas como Pelé y la final más grandiosa de todos los tiempos.
El “fútbol zamba” que había ofrecido sus primeros destellos en los Mundiales de 1958 y 1962, volvió a los terrenos de juego, exhibido brillantemente por un autentico elenco de estrellas cuya calidad, aun hoy, no ha tenido parangón.
Magistralmente comandados sobre el césped por ‘O Rei’ Pelé, los Tostao, Rivelino, jairzinho, Clodoaldo, Gerson, etc. se amoldaron memorablemente bajo las órdenes del seleccionador Mario Zagalo para deslumbrar con su juego a rivales y aficionados, y coronar a Brasil como el primer tricampeón mundialista.
Para ello tuvieron que imponerse en la final a otra selección de ensueño: la Italia de Fachetti, Mazzola, Rivera y Riva, que pese a no haber jugado una gran primera fase, fue la protagonista de una épica semifinal ante la potente Alemania comandada por Franz Beckenbauer y el “caza goles” Gerd MUller, a la que se impusieron por 4-3 en una prorroga vibrante. En aquel encuentro Beckenbauer acabó jugando con el brazo en cabestrillo sujeto al cuerpo mediante una venda, después de haberse dislocado un hombro.
Habían sido estos tres equipos, junto con Inglaterra, los anfitriones mexicanos, Uruguay y una sorprendente selección peruana los más destacados de la primera fase, para dar paso a unos cuartos de final en los que tan solo los italianos lo tuvieron fácil (4-1 ante México). Uruguay necesito de una prórroga para imponerse a la antigua Unión Soviética, mientras que los alemanes doblegaron tras ir perdiendo por 0-2 a una decadente selección inglesa (3-2).
Brasil también tuvo uno de los partidos más difíciles del torneo ante una ordenada selección peruana, pero la calidad individual de los brasileños acabo decantando el resultado a su favor. La final supuso la perfecta culminación de un torneo brillante.
En ella se revelaron todos los ingredientes de una gran final: estrellas sobre el campo, goles, emoción y sobre todo fútbol en su máxima expresión. Supuso, paralelamente a la última cita mundialista de Pelé -que tras la victoria fue sacado del Azteca a hombros-, el triunfo del fútbol innovador y autodidacta, el triunfo del fútbol total.
Cambios horarios. Algunos partidos tuvieron que disputarse a las 12 del mediodía por exigencias televisivas, lo que motivó las protestas de jugadores y entrenadores.
La final Brasil-Italia otorgaba el trofeo Jules Rimet. Por primera vez en propiedad, ya que cada una de las dos selecciones había ganado ya dos campeonatos mundiales.
La ‘Diosa Dorada’, estatuilla que años más tarde sería sustituida por el actual trofeo de la Copa del Mundo, fue robada a su llegada a Brasil. Jamás fue recuperada
Por primera vez se permitieron sustituciones y se estreno el uso de las tarjetas amarillas y rojas. Pese a ello, no hubo ningún expulsado, igualando el record de Brasil 1950.
El seleccionador brasileño, Mario ‘Lobo’ Zagalo fue el primer hombre en conseguir ser campeón del mundo como jugador y como entrenador.
Pelé que jugó su cuarto y último mundial, se despidió habiendo ganado tres ediciones y anotando el gol número 100 de Brasil.
El “fútbol zamba” que había ofrecido sus primeros destellos en los Mundiales de 1958 y 1962, volvió a los terrenos de juego, exhibido brillantemente por un autentico elenco de estrellas cuya calidad, aun hoy, no ha tenido parangón.
Magistralmente comandados sobre el césped por ‘O Rei’ Pelé, los Tostao, Rivelino, jairzinho, Clodoaldo, Gerson, etc. se amoldaron memorablemente bajo las órdenes del seleccionador Mario Zagalo para deslumbrar con su juego a rivales y aficionados, y coronar a Brasil como el primer tricampeón mundialista.
Para ello tuvieron que imponerse en la final a otra selección de ensueño: la Italia de Fachetti, Mazzola, Rivera y Riva, que pese a no haber jugado una gran primera fase, fue la protagonista de una épica semifinal ante la potente Alemania comandada por Franz Beckenbauer y el “caza goles” Gerd MUller, a la que se impusieron por 4-3 en una prorroga vibrante. En aquel encuentro Beckenbauer acabó jugando con el brazo en cabestrillo sujeto al cuerpo mediante una venda, después de haberse dislocado un hombro.
Habían sido estos tres equipos, junto con Inglaterra, los anfitriones mexicanos, Uruguay y una sorprendente selección peruana los más destacados de la primera fase, para dar paso a unos cuartos de final en los que tan solo los italianos lo tuvieron fácil (4-1 ante México). Uruguay necesito de una prórroga para imponerse a la antigua Unión Soviética, mientras que los alemanes doblegaron tras ir perdiendo por 0-2 a una decadente selección inglesa (3-2).
Brasil también tuvo uno de los partidos más difíciles del torneo ante una ordenada selección peruana, pero la calidad individual de los brasileños acabo decantando el resultado a su favor. La final supuso la perfecta culminación de un torneo brillante.
En ella se revelaron todos los ingredientes de una gran final: estrellas sobre el campo, goles, emoción y sobre todo fútbol en su máxima expresión. Supuso, paralelamente a la última cita mundialista de Pelé -que tras la victoria fue sacado del Azteca a hombros-, el triunfo del fútbol innovador y autodidacta, el triunfo del fútbol total.
Cambios horarios. Algunos partidos tuvieron que disputarse a las 12 del mediodía por exigencias televisivas, lo que motivó las protestas de jugadores y entrenadores.
La final Brasil-Italia otorgaba el trofeo Jules Rimet. Por primera vez en propiedad, ya que cada una de las dos selecciones había ganado ya dos campeonatos mundiales.
La ‘Diosa Dorada’, estatuilla que años más tarde sería sustituida por el actual trofeo de la Copa del Mundo, fue robada a su llegada a Brasil. Jamás fue recuperada
Por primera vez se permitieron sustituciones y se estreno el uso de las tarjetas amarillas y rojas. Pese a ello, no hubo ningún expulsado, igualando el record de Brasil 1950.
El seleccionador brasileño, Mario ‘Lobo’ Zagalo fue el primer hombre en conseguir ser campeón del mundo como jugador y como entrenador.
Pelé que jugó su cuarto y último mundial, se despidió habiendo ganado tres ediciones y anotando el gol número 100 de Brasil.
Cuadro de Honor
Campeón Brasil
Subcampeón Italia
Tercero Alemania
Cuarto Uruguay
Partidos Jugados 32
Goles Marcados: 95
Equipo más goleador: Brasil
Equipo menos goleado: Uruguay
Goleador: Gerd Muller (Alemania) 10 goles
Mejor Portero: Mazurkiewicz (Uruguay)
La Figura: Pelé (Brasil)
Una aciaga fase de clasificación
La fase eliminatoria, que se disputó el año anterior, deparó que Ecuador se enfrentase a selecciones de Uruguay y Chile. El combinado, dirigido por el brasileño José Gomes Nogueira, debutó en Guayaquil con un 0-2 ante Uruguay. Luego en Montevideo, volvió a caer por 1-0. En Santiago de Chile, cayó derrotada por 4-1, con gol de Luciano Macías, mientras que en Guayaquil cosecho un empate a uno (con gol de Ton Rodríguez) que fue el único resultado positivo que alcanzó.
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